
Depilar una piel sensible es todo un reto para cualquier mujer. Y es que, por mucho que tengan cuidado a la hora de arrancar el vello de la piel, acabarán con la piel irritada. ¡Menudo suplicio! Pero no te preocupes porque en este artículo te damos unos consejos para cuidar mejor la piel antes, durante y después de la depilación. Síguelos y verás como a partir de ahora esa irritación desaparecen.
La hidratación es esencial.
Para pieles sensibles se recomienda ponerse crema hidratante todos los días, aunque no vayas a depilarte. Antes de comenzar a depilar, asegúrate que la zona esté bien limpia de geles, cremas o cualquier otro producto. Procura que el vello tenga un centímetro como mínimo de longitud, ya que si es más pequeño, harás sufrir muchísimo más la piel.
Depilar con cera
Es uno de los tratamientos más agresivos de depilación, pero también uno de los más eficaces. Si te depilas con cera y tienes la piel sensible, más te vale controlar su temperatura. Si está demasiado caliente podría llegar a provocarte quemaduras. Lo mejor antes de aplicarla es probar la tolerancia de nuestra piel a la cera. Ponte un poco en el antebrazo y si no te arde ni provoca alguna reacción alérgica puedes aplicártela sin problemas.
La cera nunca se debe de echar entera. Lo mejor es ir aplicándola en pequeñas partes o dosis. Pones encima una banda depilatoria, presionas bien y la retiras en sentido opuesto al crecimiento del vello.
Una vez te hayas depilado, limpia los restos de cera e hidrata nuevamente la zona. Si la depilación ha tenido lugar en verano, procura no exponer la zona depilada inmediatamente al sol. A partir de ese momento deberás hidratar con más frecuencia la zona.
Tips
Retira los residuos de la cera con una toalla impregnada de aceite de oliva, o el de tu preferencia.